Tras las versiones que se dieron a conocer en relación a la construcción circular que fue hallada en el centro de la Catedral de la localidad de Goya, especialistas se apresuraron a brindar explicaciones técnicas y tranquilizar a los vecinos.
En este sentido, el arquitecto Hugo Fernández Abeijón explicó que no se trata de un aljibe o la salida de un supuesto túnel, sino que es una construcción que debió ser llevada a cabo para evitar que el torrente de agua subterránea afecten las bases del edificio, construído hacia finales de la década de 1950.
"La torre norte se derrumbó en su momento por un empuje de napa freática (acumulación de agua subterránea que se encuentra a una profundidad relativamente pequeña bajo el nivel del suelo) en la misma época de inundación '82. Al pozo lo vimos en ese momento con el gran Arq. Gazaneo y el padre Tomas Von Schuls en la década del '90", relató el arquitecto.
El hueco, construido íntegramente de ladrillos, cal, arena y barro -de acuerdo a los estándares de edificación de la època-, soportó el avance de las aguas del río Paraná en la década de 1980, como así también en 1999, evitando el colapso de los cimientos de la catedral y todos los edificios circundantes, construidos en la misma época y, por supuesto, con los mismos materiales.
Disparates
Entre las versiones que se dieron a conocer durante los últimos días, algunas merecen ser reconocidas como las más creativas, y a la vez disparatadas.
Según pudo conocer NOVA, apenas se publicó la noticia sobre el hallazgo, algunos vecinos aseguraron que se trataba de un túnel que conectaba la Catedral, con el Colegio Santa Teresa de Jesús y el Colegio Presbítero Manuel Alberti, ambos emplazados a pocas cuadras de la iglesia. Estos pasillos subterráneos habrían sido utilizados por religiosos para escapar de supuestos espías vinculados a la masonería, durante la década del 30`y 40`(antes que la Catedral sea construida).
Otras versiones vinculaban estas construcciones con el accionar de Monseñor Devoto y algunos sacerdotes tercermundistas, quienes hacían circular personas y documentos de importancia para el movimiento revolucionario durante la última díctadura militar.
Uno de los comentarios con mayor repercusión a lo largo y ancho de la provincia fue el presunto hallazgo de monedas de oro y otros tesoros escondidos en esa fosa, obsequios supuestamente entregados a la Iglesia católica por parte de míticos rufianes, a cambio de indulgencias y otros beneficios celestiales.
Finalmente, la versión menos apocalíptica, aunque también menos interesante, relacionaba este hallazgo con la construcción de aljibes (pozos que se utilizaban en las viviendas coloniales para extraer dirtectamente de las napas agua apta para el consumo hogareño), muy comunes hasta los años 60.
Lo cierto es que, como es habitual, versiones de lo más variadas aún se reproducen sin ningún tipo de sustento documental.
