En la primer jornada declararon testigos que habían incriminado al acusado de “abuso sexual con acceso carnal y homicidio calificado críminis causa” (matar para ocultar otro delito).

En la segunda la ex concubina contó que Lemos tenía acusaciones por violencia de género y que abusaba de su propia hija.

En el último tramo del debate declararon los padres de la víctima, y posteriormente se valoraron los elementos incorporados a la causa judicial.

Pero la prueba irrefutable fue una comparación de ADN entre restos biológicos hallados en la ropa íntima de la víctima y las tomadas al imputado.

El estudio determinó que las manchas en la vestimenta era semen, y que correspondía a Juan Carlos Lemos en cuya vivienda además se halló un calzado de la niña y parte de la vestimenta que llevaba cando desapareció.

El hecho por el que fue condenado Lemos ocurrió el 5 de abril de 2016 en el barrio La Tablada de la ciudad de Santo Tomé.

El viernes 8 de abril hallaron su cuerpo en avanzado estado de putrefacción y con evidentes signos de violación.

La última vez que la vieron eran cerca las 21.40. Había salido de un templo religioso ubicado a 150 metros de su casa, pero nunca llegó.

Horas más tarde la policía arrestó a su padre como “sospechoso”. Lo torturaron en una Comisaría para inculparlo, pero fue liberado tras un reclamo judicial de la familia.

Posteriormente arrestaron a otros tres hombres, entre ellos a Lemos. Los otros dos recibieron la falta de mérito. Lemos fue condenado.

Complicidad de la justicia con torturadores

El padre de la niña abusada y asesinada por un vecino en Santo Tomé, Roberto Omar Lima contó que “nunca había sospechado” de Lemos quien residía a pocos metros de su vivienda.

Contó que “a Lemos lo conocíamos y sabíamos que tenía problemas con sus familiares. No había problemas siempre iba a casa a pedir prestado el celular”.

Dijo que luego del asesinato no volvió a hablar con él. “En ningún momento nos miró a la cara. Se negó en todo momento, incluso en el juicio no quiso hablar”.

Recordó que tras la desaparición de la niña fue arrestado “en forma injusta”, y que además recordó que “en la policía me pegaron cuando me detuvieron”.

Denunció que en esa oportunidad, en lugar de solicitarles datos para avanzar en la causa “me maltrataron al costado del río, injustamente me agredieron, y los policías pusieron muchas personas para acusarme”.

Fue liberado antes que se apresen a otros tres sospechosos. Cuando recuperó la libertad se sumó a los reclamos de celeridad para que se aclare el hecho.

Es por ello que “estoy agradecido a los medios y a la gente, por el apoyo”, dijo Lemos para agregar que “en el primer momento, el pueblo me acusó. Pero después salió y nos apoyó con marchas para encontrar al culpable”.