Panorama Político Correntino
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Inminente quiebre en Eco+Cambiemos

Gustavo Valdés es la continuidad de la política de Ricardo Colombi, pero la falta de sensibilidad social genera pérdida de imagen positiva. (Dibujo: NOVA)

La suba de tarifas, el desinterés por el mantenimiento de las escuelas, la indiferencia hacia la falta de insumos y personal en los hospitales, la creciente ola de inseguridad, son características de un estilo de administración pública que lleva casi 20 años, pero que se profundizó desde 2015, desde que el radicalismo correntino fortaleció su relación con Cambiemos en el marco de una alianza política que lleva el nombre de Encuentro por Corrientes (Eco).

Esta Coalición nació como una estrategia electoral pero se convirtió, tras la victoria de Mauricio Macri en un calco de la gestión de Cambiemos, pues, la actitud de los funcionarios está en línea con las acciones del Estado nacional.

Como ejemplo se puede tener las protestas contra el gobierno nacional, ocurridas en Buenos Aires por el descontento de la población, tras el cierre de servicios de salud tienen su símil en Corrientes donde hubo una movilización masiva por la falta de acciones para habilitar un centro Oncológico.

El caso es en Curuzú Cuatiá población donde deberían habilitar un nosocomio especializado que fue construido con fondos donados por un particular pero que para funcionar debe contar con permiso estatal y médicos de la salud pública. La obra costó más de 15 millones de dólares que fueron donados por Anna Rocca de Bonatti, una empresaria que vio la necesidad que tiene el Nordeste en contar con asistencia para pacientes que, como ella, padecen cáncer.

Ella coordinó las acciones para que la obra se realice, compró los equipos y envió médicos a capacitarse. Sólo queda ajustar detalles edilicios y que el Gobierno habilite el centro hospitalario. La desidia, la falta de compromiso del Estado correntino, llevó a que el nosocomio, ya terminado, quede cerrado y vacío. Esto generó el repudio de la población que se manifestó en una marcha por las calles de Curuzú Cuatiá. Fueron 10.000 los que caminaron por las calles del pueblo fundado por Manuel Belgrano. El hecho tuvo fuerte impacto social y político.

En lo social, generó la unidad de organizaciones sociales, asociaciones civiles y religiosas en reclamo de acciones concretas del gobierno para beneficio de la población y, en lo político se vislumbra un quiebre puertas adentro de la coalición política que gobierna Corrientes. Y es que en la marcha estuvo hasta el intendente local, José Irigoyen, quien llegó al gobierno con la boleta de Cambiemos.

El jefe comunal fue crítico al Gobernador correntino, Gustavo Valdés y, aunque remarcó su descontento por la desidia estatal, se comprometió a “mediar" para que la Provincia habilite en Centro de salud. Esto causó molestia en el Gobierno, pues la actitud del jefe comunal fue leída como un desafío y una jugada contra los intereses del grupo político que, en los hechos, es conducido por Ricardo Colombi; amigo de Macri y ex gobernador.

Así las cosas, desde la Casa de Gobierno ordenaron incluso “minimizar el impacto" de la masiva movilización. Para ello, desde el área prensa se ordenaron acciones concretas de censura para acallar a los medios de comunicación y evitar que trascienda el descontento social. Solo un puñado de medios independientes reflejó la marcha. Pero esto no fue suficiente para frenar la inminente ruptura de la dirigencia de la Coalición Eco+Cambiemos.

Es que muchos, como José Irigoyen, aceptan afrontar costos políticos generados por falta obras a raíz de supuesta falta de fondos. Pero lo que no aceptan es “quedar pegados" a la ineptitud de un gobierno carente de sensibilidad social.

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