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Influencia tecnológica

Las selfies filtradas están definiendo las nuevas tendencias en cuanto a mejoras cosméticas

Las selfies como parámetros de belleza.

Un artículo de opinión recientemente escrito por un equipo de doctores e investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, indica que un número cada vez mayor de pacientes están buscando procedimientos cosméticos para parecerse a sus selfies que han sido pasadas por filtros que por lo general, suelen mostrar labios más prominentes, ojos más grandes o narices más delgadas de lo que las personas tienen en la vida real.

Estos especialistas, nombran en su artículo a aplicaciones con filtros de realidad aumentada como Snapchat y herramientas de edición de fotos como Facetune, como dos ejemplos de tecnologías puestas al servicio de la belleza accesibles, que la gente está usando para alterar su propia apariencia de una manera que creen estos expertos, “se ajusta a un estándar de belleza poco realista y, a menudo, inalcanzable”.

Los autores argumentan que esta tendencia es "alarmante" porque las selfies filtradas (y la "omnipresencia" de estas imágenes digitalmente alteradas) desdibujan la línea entre la realidad y la fantasía, factor que puede "actuar como un disparador" del trastorno dismórfico en muchas personas.

De acuerdo con la Clínica Mayo, las personas que sufren de trastorno dismórfico corporal (TDC), se fijan en una o más "fallas" percibidas en su apariencia, "fallas" que son menores o inobservables para otras personas. Las personas con TDC, que están clasificadas en el espectro obsesivo-compulsivo por el DSM-5 (la quinta edición del "Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales" de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría de los EE. UU.), pueden obsesionarse con su aspecto físico y recurrir a la cirugía plástica para "arreglar" las fallas percibidas.

Los médicos han denominado al fenómeno detrás de esta tendencia como “dismorfia de Snapchat. Según el médico cosmético británico Tijion Esho, primero en usar el término "dismorfia de Snapchat”, a principios de este año, los pacientes le trajeron fotos de celebridades o modelos cuya apariencia querían emular. Pero, a medida que las "plataformas y filtros sociales" se volvieron más accesibles "en los últimos cinco años", dijo que la atención de sus pacientes se desvió a fotos filtradas de sí mismos. El Dr. Esho dijo que cree que las redes sociales han hecho que las personas estén "más conscientes visualmente que nunca" y, por lo tanto, "más críticas" de sí mismas.

"La generación de hoy no puede escapar al 'efecto Truman'", argumentó el Dr. Esho. " Hemos nacido en la era de las plataformas sociales donde los sentimientos de autoestima pueden bajar únicamente con un número no deseado de " me gusta”.

Algunos cirujanos consientes del tema señalan que a sus pacientes les resulta más fácil querer verse como "versiones mejoradas" de ellos mismos que como desconocidos modelos o celebridades de Hollywood. Además, es más fácil alcanzar con cirugías una versión mejorada de sí mismo.

Aunque han habido pocos estudios con respecto al fenómeno de las selfies editadas y mejoradas, las primeras investigaciones sugieren que las selfies pueden estar asociadas con un mayor nivel de preocupaciones relacionadas con el cuerpo.

En una encuesta realizada en 2017 por la Academia Estadounidense de Cirugía Plástica y Reconstructiva Facial (AAFPRS), que representa a más de 2,500 cirujanos de cirugía plástica y reconstrucción facial en todo el mundo, el 55% de los cirujanos informó haber visto pacientes que solicitaron procedimientos para mejorar su apariencia basada en sus propias selfies. Según la AAFPRS, esta tendencia, conocida como "el efecto selfie", fue identificada por primera vez por los miembros de la academia hace más de tres años, y "continúa ganando fuerza y ​​transformando la industria de la cirugía plástica".

Otra encuesta del año 2015 sobre adolescentes, publicada en el “International Journal of Eating Disorders” que solicitó a 101 niñas de séptimo grado que respondieran preguntas sobre el uso de las redes sociales, el cuerpo y las preocupaciones sobre la alimentación, determino que aquellos que compartían selfies regularmente en las redes sociales, en comparación con los que no lo hacían, tenían niveles "significativamente más altos" de insatisfacción corporal y restricción dietética.

Un representante de Snapchat indicó que la compañía se esfuerza por garantizar que los usuarios se sientan cómodos expresándose. Este representante asegura que los lentes de realidad aumentada de Snapchat, que incluyen una amplia gama de opciones, desde filtros hasta looks de maquillaje, fueron diseñados para ayudar a las personas a divertirse y contar historias frente a una cámara.

Los usuarios de este tipo de aplicaciones de realidad aumentada que a través de filtros mejoran o cambian su imagen, son diversos, desde supermodelos famosas hasta personas normales y el problema radica que, muchas personas, especialmente adolescentes, se obsesionan por lograr los estándares corporales" no realistas " que son prácticamente inalcanzables.

Los expertos consideran que los médicos cosméticos que notan signos de trastorno de dismorfia corporal deberían rechazar el tratamiento de los pacientes ya que, por lo general, los tratamientos cosméticos rara vez eliminan los problemas de apariencia en las personas con este trastorno. A menudo, la angustia o disconformidad de este tipo de pacientes por sus "defectos" percibidos permanece sin cambios o incluso puede empeorar. También pueden desarrollar nuevas áreas de preocupación dado los problemas de autoimagen que se van creando.

Pero, existen estándares de belleza alcanzables con tratamientos de belleza que pueden ser quirúrgicos o no, y, quizás las selfies, ayudan a personas que no sufren del “trastorno Snapchat” a mejorar su aspecto y su autoestima. Sólo hay que determinar y no pasar, la delgada línea entre la realidad y la fantasía, que se define por cambios estéticos alcanzables (como rinoplastias, blanqueamiento de la dentadura, tratamientos para mejorar el aspecto de la piel), o cambios ya simplemente imposibles que pueden empujarnos a sufrir de un trastorno de dismorfia corporal.

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