Concretamente lo que se expone ante el máximo Tribunal del país es que los jueces correntinos evitaron profundizar el análisis del caso antes de declarar la inimputabilidad del hombre que prendió fuego a su mujer dentro de su vivienda para matarla.

Los magistrados del Superior Tribunal de Justicia habían sobreseído a Ramón Aráoz en base a un fallo de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal donde se lo había declarado incapaz al considerar que estaría afectado por problemas mentales.

Pero, durante toda la primera etapa investigativa, el Juzgado de Instrucción había considerado que se carecían de elementos para considerar la existencia de un desequilibrio mental.

Es por ello que la jueza Laura Varela lo había procesado ya que consideró que habían elementos suficientes para llevarlo a juicio.

Este fallo fue apelado por la defensa y fue así que la Cámara de Apelaciones en lo Criminal sostuvo que el hombre no estaba en condiciones de ser juzgado. Advirtieron que los estudios psiquiátricos eran engorrosos y que existía duda respecto de la comprensión de los actos por parte del acusado.

Los camaristas devolvieron el expediente a la jueza y ésta lo sobreseyó por su supuesta incapacidad.

Esta determinación volvió a ser apelada hasta que llegó al Superior Tribunal de Justicia.

En este órgano de Justicia los Ministros ratificaron lo dispuesto e indicaron al juzgado de Instrucción que se ordene la internación de Aráoz en el Hospital de Salud Mental San Francisco de Asís, ya que no había familiares que quisieran hacerse cargo de sus cuidados.