Uno de los que participa del programa de fortalecimiento productivo es Martín Ernesto Encina, quien es productor artesanal de ladrillos desde hace más de 15 años. Encina recuerda que su trabajo lo aprendió junto a su padre ayudándolo a hornear los ladrillos; hoy esa profesión es la única fuente de ingreso para sostener a su familia.

Destaco el aporte y acompañamiento de la Comuna, reconoció la asistencia de Ariel González quien los orienta junto a otros productores en el armado de proyectos para así lograr una ayuda a nivel nacional. Amén de orientarlos y capacitarlos sobre la importancia de ser monotributistas, esencial para la venta de sus producciones.

Se refirió también a las dificultades a las que se enfrenta el ladrillero en relación a las cuestiones climáticas y estaciones del año que muchas veces entorpece la producción de ladrillos.

Por su parte el ladrillero Julio Osmar Encina, se refirió a la falta de herramientas y carretillas dificultando el trabajo. Agradeció el compañerismo que existe con sus pares solidarizándose con lo poco que tienen. Describió a los días de lluvia como perdida, otoño e invierno son meses duros para producción y lo que alcanzan a crear no siempre se puede cubrir por falta de nylon.

Otras de las dificultades es la falta de herraduras y alimentos para los caballos, usados para el traslado de sus materias primas o producciones a la hora de entregar un pedido.

Como ladrillero resalto que se siente contenido por la Municipalidad, quien se preocupa por sus necesidades, eso le permite soñar con una mejor calidad de vida, cuidando y preservando la mano de obra local, pero sobre todo ayudando a las familias que viven del ladrillo artesanal.