Piquetes, protestas enardecidas de usuarios del servicio de energía eléctrica y manifestaciones en el interior y en la Capital, además de miles de kilogramos de alimentos tirados a la basura. Estas son las consecuencias de la falta de inversión en el sistema energético provincial.
La evidencia de casi 20 años de desidia del Gobierno fue revelada luego de una semana de mal clima que produjo la caída de postes y cortes de cables que tuvieron como consecuencia apagones que en algunas localidades se extendieron hasta por tres días.
Debido a estos inconvenientes hubo al menos 20 cortes de rutas y avenidas en la Capital, mientras que los vecinos del interior realizaron manifestaciones en la Ruta Nacional 12 y en ciudades como Mercedes se autoconvocaron para juntar firmas a fin de tramitar reclamos al Gobierno.
Los planteos serían administrativos. Las notas de protesta llegarían a la Casa de Gobierno y a las oficinas de la Dirección Provincial de Energía, pero además las organizaciones de usuarios pretenden accionar ante la Justicia donde plantearán incumplimientos contractuales.
Todo esto ocurrió mientras que el titular de la empresa de electricidad, Alfredo Aún, anunció que los usuarios deberán pagar un 32 por ciento más por la luz en el mes de marzo y que los incrementos en el precio continuarán en aumento.
Esta situación sumó un grado más de distanciamiento entre los ciudadanos y el Gobierno provincial que se manifiesta en el rechazo a las políticas económicas y los cuestionamientos por posibles hechos de corrupción en los que podrían estar involucrados funcionarios estatales.
Para frenar el descontento, el Gobierno intenta seducir a los ciudadanos con políticas económicas que ayuden a maquillar la inflación y las deficiencias de las políticas salariales. Esto se da por medio de montos no remunerativos en los salarios de los empleados públicos. Estos montos van desde los 500 a los 4.500 pesos, pero no impactan en forma real en las economías familiares debido a que sólo cubren los costos de los servicios y las subas de impuestos.
Pero quienes se desempeñan en la actividad privada carecen de estas ayudas (aunque sean en negro) y es por ello que sienten el impacto de la escalada de precios. Los comercios también padecen la consecuencia del “círculo económico” de los servicios públicos debido a que como los aumentos en negro son destinados casi en su totalidad para cubrir esas demandas, los empleados públicos destinan muy pocos pesos a la compra de bienes.
Así, a la larga, los comercios cierran. Todo esto posiciona a Corrientes entre las provincias en las que menos actividad económica existe, en una de las regiones con mayor tasa inflacionaria. Según los datos del Indec, el Nordeste lleva acumulada una tasa de 3,4 por ciento de aumento inflacionario en el primer trimestre del año, lo que muestra que lejos los síntomas de desaceleración, la suba en el costo de vida se mantuvo elevada y esta tendencia podría mantenerse en los próximos meses por impacto del ajuste en tarifas de servicios públicos.
La crisis también generó un quiebre de relaciones entre el Gobierno correntino y la Casa Rosada, debido a que, incapacitado de afrontar las consecuencias de las políticas económicas ejecutadas, culpó de la situación al Estado nacional.
En este contexto, el gobernador virtual de Corrientes, Ricardo Colombi, se reunió con el primer mandatario provincial, Gustavo Valdés, para marcarle las pautas que deberá cumplir ante las inminentes elecciones en las que se deberán elegir legisladores locales y nacionales, como también Presidente de la Nación.
El mandato fue que Valdés convoque a elecciones para el 23 de junio para así “despegar” la contienda de las votaciones nacionales a la luz de las estadísticas que anuncian un fracaso electoral de Cambiemos a nivel nacional.
Fiel a su estilo, Colombi junto a la Unión Cívica Radical correntina traicionarán a Mauricio Macri. Pero no será la única vez que los radicales le dan “el beso de judas” a quienes los sostuvieron políticamente, ya que años atrás ocurrió lo mismo con Néstor Kirchner, Cristina Fernández y hasta con el mismo Ricardo Alfonsín.
En esta evidencia Colombi mandó por elevación un ultimátum a la Casa Rosada, acaso presionando por cargos en el Gobierno para dirigentes radicales, la primera promesa de campaña incumplida por Macri. El presidente de la UCR correntina aprovechó su alocución en el marco de la reunión del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical –del que es vicepresidente tercero- para cuestionar la política económica del Gobierno Nacional.
Afirmó, entonces, que “el interior es un desastre” pero dejó abierta la posibilidad de apoyar a Mauricio Macri no sólo para mantener lejos del poder al peronismo, sino para iniciar la negociación por algún cargo en el Ejecutivo nacional si –por algún milagro- Cambiemos vuelve a triunfar.
Pero también existe la posibilidad de dar lugar a la propuesta de Alfredo Cornejo de presentar un candidato radical que compita en las Paso contra Macri. Fue en ese contexto que el ex gobernador correntino y actual senador de la provincia criticó la política económica nacional y sostuvo que la situación “en el interior es un desastre”.
