Los hechos más graves fueron los fallecimientos de un hombre de apellido Alegre, en Loreto, quien fue arrastrado por el agua tras el desborde de una alcantarilla ubicada frente a la casa en la que vivía, en el cruce de las calles 25 de Mayo y Mario Bofill de esa localidad.

En tanto, las muertes de Lidia Fernández y su hija de 7 años, como de Ariel Irigoyen, se produjeron, como un presagio, en el arroyo La Despedida, a las afueras de la localidad de Paso de los Libres, ciudad donde gobernó durante 12 años el radicalismo bajo la conducción de Eduardo Vischy, ex intendente de esa ciudad y hoy legislador provincial de Cambiemos.

En ese paraje la actual conducción municipal llevada adelante por Martín Ascúa -quien asumió en el cargo en 2017- realizaba obras con recursos propios para paliar el abandono que padeció ese paraje durante más de una docena de años, pero fue en vano el esfuerzo para revertir la situación que ocurre desde más de una década.

Estas muertes, se suman a las que ya vienen registrando por falta de atención médica, alimentación y obras en caminos, donde a menudo se producen graves accidentes.

Podemos señalar que los hechos luctuosos como producto de la inundación ocurrieron como evidencia la falta de inversiones del Estado provincial y nacional y, a su vez, resaltar que la situación es crítica en 20 municipios. Principalmente en los ubicados en zonas de esteros y arroyos, donde debían realizarse obras con recursos nacionales.

En este sentido, queda más expuesta el incumplimiento de las promesas de Mauricio Macri quien había anunciado el Plan Belgrano, obras serían parte de una “reparación histórica” para las provincias del Nordeste.

El titular del Ejecutivo prometió obras por 16.000.000.000 dólares. Sin embargo, en los hechos quedó claro que se trata de un sistema legalista de distribución de dinero estatal que persigue el fin de realizar grandes negocios con firmas allegadas al Gobierno y para financiar las campañas electorales del macrismo.

Es que lejos de concretarse obras como las de desagües pluviales en el interior correntino, construcción de caminos y rutas, como también la puesta en marcha de un nuevo puente interprovincial entre Chaco y Corrientes, sólo hubo promesas y cambio de carteles a obras ya iniciadas por el kirchnerismo.

La situación produjo que, ante las inclemencias del clima más de 2500 ciudadanos pierdan sus pertenencias al ser afectados por las inundaciones.

Las localidades más afectadas fueron las del Sur de la provincia. Mientras que las más perjudicadas fueron Curuzú Cuatiá; Empedrado; Concepción del Yaguareté Corá; Mercedes; Paso de los Libres; San Roque y Santa Lucía, esta última es la que presenta mayor número de familias afectadas por la crecida del río ubicado en inmediaciones de la ciudad.

Asimismo, los barrios más azotados fueron Acevey; Camino Alternativo; Ladrillero; Bajo Sur y algunos lugares bajos del centro de la ciudad. Los pobladores fueron trasladados en los centros de evacuación dispuestos por el municipio mientras el Comité de Crisis de esa ciudad trabaja coordinadamente con todas las instituciones para la asistencia y contención de los damnificados.

Recordemos que como rige la alerta para las próximas horas, retiran a familias de sus hogares hasta que el tiempo mejore.

En San Roque son más de 300 las personas afectadas y el intendente Raúl “Rulo” Hadad advierte que “serán más si sigue lloviendo”.

El problema se torna cada vez más grave debido a que el agua afectó los accesos a las localidades que están afectadas por la crecida de los ríos y por las precipitaciones.

El agua afectó a la Ruta 19 e imposibilita el acceso a Colonia Carolina; en la misma zona cedió la alcantarilla del río en cercanías de en San Isidro y el paraje Stella Maris quedó aislado.

En la misma localidad quedó sin acceso el paraje Quintana lo que imposibilita la salida hacia Empedrado.

La Ruta 40 está cortada en los tramos de Santo Tome a la altura de la Ruta Provincial 41; en el tramo Mercedes y Carlos Pellegrini, al igual que la Ruta 126, entre Curuzú Cuatiá, Sauce y Bompland.

En el caso de la Ruta Provincial 10 el acceso a Parada Coco y Colonia Soto, se encuentra imposibilitado. Mientras que en la Ruta 114 el tramo en Tres Cerros y en la Ruta Provincial 46 a la altura de El Sombrero, está cortado, dado que el agua impide circular normalmente.

En la Ruta Provincial 6 es imposible circular en el tramo entre Empedrado y Paraje el Pollo, camino a Mburucuyá.

Se hallan cortadas las rutas 23, 140 y la Ruta 36 en el entre Tramo Alvear y Santo Tome.

La Ruta Provincial 155 está intransitable en la zona de Yapeyú y Estingana, como también la Ruta Nº 86 en el Tramo desde la Ruta Provincial 6 hasta Palmar Grande.

En tanto, la Ruta Provincial 11 está inundada desde el cruce con la Ruta 10 hasta la Ruta Provincial en el tramo Desde Manantiales hasta Puissoye.

La Ruta 6 está cortada desde Mburucuyá hasta Santa Rosa y Paso Aguirre, mientras que la Ruta 100 está afectada en el tramo entre Bella Vista hasta San Roque.

También hay cortes en la Ruta 49, Ruta 136, Ruta 123, Ruta 29 en el acceso Acceso al Payubre Grande y Boquerón.

Intendente despreocupado

La situación de la Capital correntina es caótica ya que el agua afectó la mayoría de los barrios.

En términos reales existen más de 200 familias autoevacuadas pero desde el municipio no se habilitaron centros de albergue, pero sólo se limitaron a publicar un número de teléfono para “denunciar” afecciones a familias.

Para cuando ese número se hizo público ya había diez piquetes en toda la ciudad para reclamar soluciones urgentes ante la afección a las viviendas. “Hay gente que perdió todos sus cosas y ningún funcionario municipal vino a traer soluciones”, se quejan los vecinos de los barrios San Antonio –Este y Oeste- los más perjudicados por la crecida del agua.

Es así que las sucesivas lluvias que ocurren desde hace un año dejaron al descubierto la ineptitud del gobierno local y provincial para hacer realidad las promesas de campaña de poner en marcha obras para evitar el anegamiento de calles.

Lejos de dar soluciones cada vez son más los barrios inundados, pero también aumentan las erogaciones del Estado local destinadas a empresas que supuestamente operan en el tan pronunciado y anunciado “Plan Hídrico”.

La evidencia de la falta de obras y del incumplimiento de las promesas de campaña se aprecian cada vez que llueve.

Los anegamientos ocurren luego que el intendente le pagó de 17,2 millones de pesos a la empresa Forever Pipe por inspección televisiva de tuberías y así liberar los ductos tapados.

La millonaria suma fue dada a esta firma, propiedad de la familia Caputo, muy cercanos a Mauricio Macri a la que la Municipalidad de Corrientes primero pagó el monto y tres meses después armaron un pliego de condiciones.

Esta “obra” iría a la par de otras que serían financiadas con el Plan Belgrano, que aún está sin hacerse efectivo en Corrientes a casi cuatro años de mandato del macrismo.

Ante este cuestionamiento, el Eduardo Tassano llamó a una conferencia de prensa improvisada en la que se limitó a decir que las lluvias continuarán hasta marzo y que

“El Plan Hídrico está en fase de realización”

Tassano, aseguró que “una de las partes es la limpieza y desobstrucción de los ductos y recién se ha realizado un 30 por ciento en la ciudad, pero eso permite una rápida evacuación como la que hemos tenido”, al tiempo que reconoció que “faltan algunas obras”.

En sintonía, agregó que dicho plan “nos va a llevar todo el ano, toda la gestión y seguramente dos o tres gestiones más, debido a la magnitud del problema que tiene”, estimó. La limpieza de los ductos es un “trabajo lento y arduo” porque se realiza metro a metro y la mayoría de los caños están totalmente tapados. “Eso hace que el progreso no sea tan rápido como queremos, de todas formas, las avenidas donde ya se hizo el trabajo se nota la mejoría por el rápido descenso de las aguas”, dijo.

Lo cierto es que, ante los hechos, el márketing perdió contra la realidad. Es evidente que la “sintonía” Nación-Provincia-Municipio, sólo sirve para la ejecución de negocios afines a los funcionarios gubernamentales.