La crisis hídrica afectó a casi ocho mil familias en el Nordeste argentino y la provincia más perjudicada es Corrientes con más de dos mil afectados. La crecida de los ríos y arroyos a raíz de la lluvia que cayó desde el 8 de enero puso en evidencia la falta de obras del Estado Nacional en relación a infraestructura, principalmente en el interior, pero también se hizo evidente la ausencia de políticas provinciales.
Como si fuese poco el problema, un nuevo tornado azotó a las localidades del sur provincial el 23 de enero, principalmente a Paso de los Libres, una de las ciudades más perjudicadas por la subida de los cursos de agua.
Las consecuencias negativas son resultado de la política económica y de obra pública de Cambiemos que este 2019 termina su cuarto año de administración de los recursos públicos desde el edificio de Balcarce 50, en Buenos Aires.
El Gobierno provincial está en línea con ese estilo de gobierno, pero la Unión Cívica Radical (unificada en la alianza Eco+Cambiemos) administra los recursos públicos desde hace 17 años. Pese a las responsabilidades que les toca, tanto desde la provincia como del Estado nacional aprovecharon la situación de vulnerabilidad de los vecinos correntinos para poner en marcha la campaña electoral de cara a las votaciones presidenciales y legislativas de este año.
Apelaron a lo que discursivamente criticaron de los opositores al, abiertamente, hacer uso del dinero del Estado para repartir ayudas sólo en municipios gobernados por Cambiemos donde aprovecharon para dar protagonismos a sus caudillos locales.
Uno de los casos denunciados fue el de San Isidro donde la intendenta Vilma Ojeda dio a conocer que desde una repartición oficial habían enviado ayudas para los inundados, pero éstas fueron retenidas por la Gobernación. “Tengo bronca, estoy indignada. Después de andar todo el día, me comuniqué con Buenos Aires porque otra vez me robaron un camión de cosas. Es el tercer equipo de ayuda para San Isidro que me llevan”, denunció y dijo que “se están guardando todas las cosas, no sé si para hacer campaña política con sus punteros”.
Pero a la entrega de ayudas en forma inmediata se suma otra “agachada” de la Provincia para condicionar los votos. Se trata de las promesas de entrega de viviendas a vecinos evacuados quienes periódicamente se ven afectados por las crecidas de los cursos de agua.
El hecho fue denunciado en San Roque donde los vecinos afectados por el desborde del río Santa Lucía cortaron la Ruta Nacional 12 para reclamar a la provincia que ceda terrenos altos y habitables. Estos terrenos pertenecían a la Municipalidad, pero la anterior administración los cedió a la provincia, supuestamente para la edificación de viviendas.
Estas casas sólo serían entregadas, aparentemente, a personas “relevadas” por el Gobierno. Pero hasta ahora no hubo movimientos para el desarrollo de las obras. Por ello, los vecinos expusieron que “están cansados de vivir la misma situación con cada inundación” y explicaron que el Municipio intenta recuperar tierras que eran municipales para poder reubicarlos, “pero eso tardará y la inundación puede empeorar en cualquier momento”.
Interna paralizada
El Partido Justicialista se apronta para las elecciones internas tras doce años sin elegir autoridades por medio del voto. Durante la semana se inició el proceso electoral con la reserva de nombres de las listas y comenzaron a sonar los precandidatos.
Al ya proclamado “referente del Interior”, Martín Ascúa, se sumaría una lista encabezada por el diputado nacional José Aragón, ex Cámpora y autoproclamado dirigente de Unidad Ciudadana. Otro de los que se sumará a la carrera es un abogado que en sus épocas de juventud tildó de “tirano” a Juan Domingo Perón. Referente de la encumbrada oligarquía y uno de los más cercanos al macrismo, José Martínez Llano, quien ya presentó sus intenciones de -paradójicamente- conducir el mismo movimiento fundado por el hijo pródigo de Lobos.
Este dirigente apuntala una lista alternativa en la que Daniel Caran, uno sus operadores mediáticos más cercanos, enarbola una bandera de “recambio” en la conducción. Pero los nombres suenan de modo “extraoficial” ya que todavía la inscripción de las candidaturas está por realizarse.
Sin embargo, la actitud de los dirigentes peronistas es dispar en relación a las acciones proselitistas. Las inundaciones, la crisis hídrica generada por las tormentas y la falta de recursos económicos para dar soluciones a los requerimientos de los damnificados hicieron que los intendentes dejen en un tercer plano la cuestión partidaria para abocarse así a dar soluciones a sus vecinos.
La problemática también abocó a los legisladores y concejales quienes tomaron igual actitud. Sólo Martínez Llano evitó brindar ayudas y preocuparse por los inundados y realizó una serie de actos en la Capital provincial, en barrios que no se anegaron, donde se proclamó candidato.
Así las cosas, lo que se avizora es una coincidencia entre la mayoría de los referentes peronistas en poner en marcha políticas para mejorar la calidad de vida de los correntinos y dejar atrás las diferencias internas.
Esto llevaría a que hasta último momento todas las líneas busquen unificar una lista directiva y así repartir responsabilidades en la administración del PJ. Los únicos que no estarían incluidos en ese plan de unidad partidaria serían Martínez Llano y Caran, quienes competirían en la interna con listas separadas, aunque en la realidad ambos tengan un mismo proyecto político.
