Entre otras cosas, desconocidos apedrearon las oficinas del diputado Martín Barrionuevo y balearon la puerta de ingreso a la sede del Partido Justicialista en pleno microcentro capitalino.

Las elecciones a Presidente –y a diputados nacionales y concejales- se desarrollarán en un clima de mucha tensión ya que en la recta final de la campaña se tornó extremadamente violenta.

Contra la unidad

El Partido Justicialista está intervenido. Una disputa de intereses entre dirigentes llevó a que, primero un desacuerdo por lugares en las listas de candidatos y después por cargos partidarios, dejaran acéfalo al grupo político. No hubo acuerdo para ir a internas y mucho menos por revisar las finanzas de la última década.

Para poner fin a la contienda interna llegó Julio Sotelo, un dirigente chaqueño que se puso al hombro la titánica tarea de conciliar a todas las partes y “normalizar” el PJ correntino. Pese a su empeño, su voluntad, su capacidad de diálogo y su diplomacia, la misión va camino al fracaso.

Es que solamente logró una lista “de consenso” para las elecciones legislativas. Pero está claro que los peronistas correntinos no tienen interés en limar asperezas. Y esto quedó demostrado el jueves en el cierre del acto de campaña donde se presentaron los candidatos a legisladores.

La intervención partidaria puso en manos de los empleados –asalariados en negro- de los candidatos y legisladores, la organización del mitin. Es así que La Cámpora monopolizó el manejo del acto y aprovechó la oportunidad para “ningunear” a todas las demás organizaciones que integran el Frente de Todos.

Lo cúlmine de la situación –y lo que dejó claro que la interna partidaria es feroz- fue la “censura” de la que fue víctima Nancy Esteche Vivoda. La candidata a legisladora nacional fue, literalmente, bajada del escenario en pleno acto.

Debía ser oradora luego del candidato camporista –de grandes aspiraciones- José Aragón y otros dirigentes, pero ni bien se escucharon las últimas palabras, el acto finalizó, dejando así afuera a Esteche Vivoda quien debía realizar una proclama.

Nadie se atribuyó la responsabilidad de tal acción discriminatoria y de bajeza. Lo cierto es que a horas de las votaciones se encendió un nuevo foco en este incendio llamado justicialismo.

Calma, radicales

La ciudad de Mercedes fue la ciudad elegida por el gobernador Gustavo Valdés para “mojarle la oreja” a su ex jefe político Ricardo Colombi. Llevó al patio mismo de la casa del senador provincial la parafernalia de la campaña de Eco – Juntos por el Cambio para demostrarle así que tiene la fortaleza suficiente para mandarlo al ostracismo político. Una jugada de alto riesgo.

Esto llevó a que en un mismo espacio se congreguen los partidarios de Valdés y los denominados “ricardistas”. Y esto generó, como era de esperarse, una reyerta entre ambos bandos. En esa contienda el candidato a concejal Gerardo Condado tomó del cuello a una mujer de nombre Florencia Obes, conocida dirigente cercana a Ricardo Colombi.

El caso generó una denuncia por violencia contra el actual edil radical quien busca ser reelecto. Además, se hizo un pedido en el Cuerpo Deliberativo para suspenderlo en sus funciones.

El hecho además generó una escalada de violencia en el acto que terminó a raíz de los incidentes. Es evidente que en Eco – Juntos por Cambio las tensiones son generadas por más cuestiones que solo la electoralista.