Panorama Político Correntino
Panorama político correntino

Estadía de Colombi en el Senado para planificar su regreso a la Gobernación

Valdés al gobierno, Colombi al Poder. El año que viene inicia el operativo de la Reforma Constitucional (Dibujo: NOVA)

Las votaciones en la provincia de Corrientes dieron como ganador a Gustavo Valdés de la alianza Eco+Cambiemos, fuerza que administrará la provincia hasta 2021.

El abogado oriundo de Ituzaingó planea contar con un gabinete muy parecido al que actualmente existe, con algunos referentes de partidos que componen la coalición partidaria, pero con los lugares de mayor relevancia reservados para los referentes de la Unión Cívica Radical.

Además podría tener la ventaja de contar con mayoría en la Legislatura, lo que podría facilitarle el trámite de leyes.

Esta situación, sin embargo, es relativa en la Cámara Baja, debido a que la fuerza política Eco+Cambiemos se compone por muchas otras fuerzas partidarias que al igual que la UCR cuentan con representación partidaria, y son autónomas, por lo que tendrían legitimidad para rechazar proyectos de ley.

En el Senado la mayoría parlamentaria está asegurada, pero también la obediencia hacia las requisitorias del Poder Ejecutivo. Gustavo Canteros ejercerá el cargo de Presidente Cuerpo –al ser electo nuevamente vicegobernador- pero la jefatura política estará en manos de Ricardo Colombi.

El mercedeño llegó a la Cámara Alta –la anterior vez fue entre 2007/2009- al ocupar el primer lugar en la nómina de postulantes.

La designación de cargos legislativos se realizará al iniciar el año de trabajo, pero es prácticamente un hecho que Colombi es el virtual vicepresidente primero del Senado, un lugar estratégico debido a que desde allí podrá conducir políticamente a los legisladores de su grupo político, incluso a Gustavo Canteros.

El contexto le es favorable. Eco+Cambiemos tiene la mayoría parlamentaria debido a que cuenta con 8 de las 15 bancas.

Desde diciembre el Cuerpo legislativo tendrá seis nuevos integrantes: los radicales Ricardo Colombi, Alejandra Seward y Sergio Flinta; y los peronistas Víctor Gi­raud y Carolina Martínez Llano.

Ellos se acoplarán a Nora Nazar (Panu), los peronistas Roberto Miño, Nancy Sand, Mario Bofill, Roberto Daniel Alterats, y los radicales Noel Breard, Henry Fick (quien renunciará por haber sido electo intendente en Mocoretá), Graciela Insaurralde y David Dos Santos.

En los hechos la llegada de Colombi al Senado significa consolidación de su hegemonía, pero la cantidad de legisladores de su partido le ofrece otra oportunidad para avanzar en un intento por modificar la Constitución a fin de perpetuarse en el cargo de Gobernador.

Trató de realizar una modificación en la Máxima Ley del Estado en dos oportunidades anteriores, pero fracasó al carecer de los dos tercios de los votos necesarios en el Senado, es decir, con diez votos. Actualmente tampoco los tiene, pero fiel a su estilo podría poner en aprietos a la legisladora del Partido Nuevo, Nora Nazar para que apoye su iniciativa.

La dirigente del PaNu es la esposa de Raúl Rolando Romero Féris quien cumple prisión domiciliaria por causas tramitadas en la justicia provincial. Los jueces que tienen el expediente responden a Colombi, y tienen la postestad de enviar al dirigente político a una unidad penal.

En tanto, el voto faltante debería ser de un legislador peronista que en ese Cuerpo cuenta con representantes de moral distraída y palabras livianas.

Así las cosas, todo apunta a que en 2018 se impulsará una nueva reforma a la Constitución Provincial que cuenta con más cambios respecto a las demás del país.

Por otra parte, desde el 10 de dicembre Ricardo Colombi contará con inmunidad judicial al asumir como legislador. Era uno de sus objetivos, ya que busca frenar el avance de causas judiciales que lo tienen como imputado y de otras, en las que aún no fue imputado, pero en las que fue involucrado con escuchas telefónicas y documentos.

Las causas judiciales caducan al permanecer estancadas y, en contrapartida, la Constitución de la provincia establece que “el Senador dura seis años en su cargo y puede ser reelegido”, pero el cargo podría ser vitalicio ya que la normativa evita fijar un límite de reelecciones.

Autocritica y renovación

La escandalosa derrota del Partido Justicialista es el corolario de los desaciertos de un grupo minúsculo de referentes que dirigen el grupo político desde 1983.

El sector conocido como “la cooperativa” se las arregló en los últimos treinta años para evitar la renovación de referentes en los cargos dirigenciales con constantes excusas y artilugios tendientes a evitar la convocaria a elecciones internas a fin de posibilitar la designación de postulantes “a dedo”.

Este sistema de conducción política llevó a que, por ejemplo, Mario Bofill, un chamamecero que cuenta con una lengua afilada y una guitarra templada, pero sin historia política ni militancia, llegue a un cargo en el Senado Provincial donde, además, no presentó ningún proyecto de ley.

La obediencia a la “cooperativa” a la hora de levantar la mano en el recinto fue recompensada con la postulación de su su esposa, Anahí Morais en otro cargo legislativo.

Mientras, en el Interior de la provincia referentes jóvenes intentan posicionar al Justicialismo en los municipios, pese a las condiciones de los dirigentes provinciales que imponen a sus referentes en las nóminas de concejales, vedan postulaciones a cargos de intendente y niegan recursos para afrontar gastos de campaña a quienes no les responden.

El caso testigo es el de Paso de los Libres, en el que la dirigencia del PJ negó la presentación de una lista integrada por Martín Ascúa y Roberto Hantouche, y se exigió a que ambos compitan entre sí.

Sólo el último recibió recursos económicos para afrontar la campaña. Pese a ello, Ascúa se impuso en las generales y se consagró intendente “pese al PJ”, dijo al cierre de la votación un referente de ese sector.

Situaciones similares se presentaron el localidades como Paso de la Patria, Itatí, Esquina, entre otras, y profundizaron las críticas hacia la cúpula partidaria.

Cambio de rumbo

Tras la derrota el peronismo debe reorganizarse en lo institucional y en lo político y en este contexto también le urge iniciar la búsqueda de nuevos actores que puedan posicionar al partido como opositor pero con legitimidad, proyectos y representatividad.

Quienes actualmente se erigen como “la nueva” dirigencia, en términos reales carecen de estructura, identidad política y reconocimiento por parte de la sociedad.

Uno de los que fue nombrado como la nueva camada de conductores es Carlos Mauricio “Camau” Espínola.

Este impulso es el resultado de posicionamientos mediáticos antes que de trayectoria política. En lo real carece de estructura debido a que entre sus filas no cuenta con referentes que le respondan en el Senado, sólo tendría un par de aliados en Diputados, casi ningún concejal y ningún jefe comunal. En otros términos, está imposibilitado de planificar y ejecutar políticas propias.

El requerimiento de los referentes territoriales es de replantear estrategias y poner en manos de los jefes comunales el destino del partido, y posicionar a uno de ellos en los próximos 4 años.

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