Declaró, además, que “me ofrecieron cambiar mi nombre, un sueldo y una casa para declararme testigo arrepentido y que hable del juez y sus secretarios”, en referencia a una vinculación política del caso.

Sobre su acusación, relató que “en Buenos Aires me dijeron que había escuchas, les exigí oírlas pero nunca me las mostraron. Quisieron quebrarme, que me acoja a la Ley del Arrepentido para que mi hija salga libre”, aseveró.

Aclaró, además, que rechazó esa posibilidad porque se considera inocente y afirmó que su hija está presa “por portación de apellido”. Sobre lo que consta en la causa penal, un llamado telefónico que realizó al supuesto líder narco Federico “Morenita” Marín, afirmó que lo conoció debido a que el hombre lo consultó porque buscaba un abogado y que le vendió una camioneta y un auto.

“Lo llamé porque pretendía cobrar, quería recuperar mi plata del auto y la camioneta que le vendí”, dijo y agregó que no conoce “a Luis ‘El Gordo’ Saucedo ni a Carlos Bareiro, no conozco a ningún narco”.

En este contexto, quien fuera intendente de Empedrado en la década del ’90, descartó ser amigo o tener vinculación alguna con el ex juez federal Soto Dávila y cuestionó además que el fiscal federal Carlos Stornelli “acusa y está hace 130 días en rebeldía” y mencionó que alguien le envió un abogado defensor de apellido González que era socio del falso abogado Marcelo D’Alessio, procesado por “inventar” causas penales.

Por su parte, su abogado Pedro Martino, dijo que “Faraone no tiene nada que ver con el narcotráfico” y aclaró que su cliente está imputado “en dos causas por las que está con prisión preventiva hace casi un año”.

Las acusaciones que le pesan son por asociación ilícita para el tráfico de estupefacientes y otra por cohecho, en la que está involucrado el ex juez Soto Dávila. “Declaró en las dos causas y explicó todas y cada una de sus llamadas telefónicas, se produjeron pruebas y estamos esperando ahora su estado total de inocencia”, afirmó el letrado.

En respuesta a esto, el fiscal federal Carlos Schaefer sostuvo que está acreditado que hubo una reunión previa entre Faraone y Sebastián Marín para planear el transporte de estupefacientes. En esa operatoria, Marín es cercado por efectivos de la Gendarmería y se produce un tiroteo.

En una parte del expediente existe una comunicación en la que Faraone le ofrece "un dorado" al ahora ex juez Soto Dávila. Según el abogado defensor, Martino, se trataría de una pieza de pescado.

Pero la interpretación que se hace desde la fiscalía es que se trataría de una coima, porque “no hay motivo para hacer ese regalo ¿por qué motivo había vinculación con uno de los narcotraficantes más importante del país? Y no se explica por qué estaban reunidos en el momento previo del tiroteo”.

Recordó que también está prohibido por los funcionarios públicos recibir regalos de quienes estén involucrados en causas y que “Soto Dávila estaba investigando a Faraone en una causa y también había librado una orden de detención para que busquen a Marín”.

Confirmó que hay pruebas suficientes para determinar que hay responsabilidad del juez Soto Dávila en el caso y remarcó que, según las pruebas obtenidas, el magistrado mantuvo comunicación y un encuentro con el ex intendente de la localidad correntina de Empedrado.

Faraone además de estar involucrado en estas dos causas tramitadas en Buenos Aires, también está vinculado a otra en la que se averigua la distribución de grandes cantidades de cocaína en Corrientes y Chaco por parte de una banda de la que formaría parte.