Aparentemente los cuatro reclusos habían sido enviados a realizas la limpieza del área de trabajo, pero aprovecharon la falta de vigilancia para destruir parte de un muro que tiene más de 150 años para intentar fugarse.

En esa tarea estaban cuando los efectivos advirtieron la maniobra y frustraron las aspiraciones de libertad. En la pared quedó el agujero de 5 centímetros de diámetro por el que se filtra la luz del exterior.

Los condenados fueron trasladados a las dependencias de la alcaidía de San Luis del Palmar en la que habrían sido alojados en cuartos individuales, sin ventanas.

El intento de fuga fue en una instalación que carece de las condiciones de habitabilidad y que está sobrepasada de capacidad. En el lugar, por ejemplo, hay un solo inodoro para 40 individuos, espacios sin luz natural, y celdas en las que conviven hasta 20 personas.

Según un informe redactado por la Comisión por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires, la Red de Derechos Humanos de Corrientes y el Comité para la Prevención de la Tortura en Corrientes esta unidad debería cerrarse porque “las condiciones de detención no cumplen con ningún estándar respetuoso de los derechos humanos”.

El informe es contundente: La Unidad Penitenciaria 1 “debería ser clausurada y prohibirse el alojamiento de personas” porque “no puede alojar personas en condiciones dignas, por el estado de deterioro y destrucción edilicia que presenta”.

El edificio, además, carece de las medidas básicas de seguridad e higiene. “No cuenta con medidas adecuadas de prevención de siniestros, ni planes de prevención o actuación frente a los incendios o contingencias que pudieren presentarse, colocando en grave riesgo a todas las personas detenidas”, dice el escrito que tiene el respaldo del Premio Nobel a la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, de los representantes de los organismos de Derechos Humanos de la provincia y de los legisladores provinciales.