Panorama Político Correntino
Lucha por el poder y pujas internas

Partidos políticos en crisis arrancaron la campaña electoral

Carlos "Camau" Espínola, en el ojo de la tormenta, por pinchar teléfonos presuntamente. (Dibujo: NOVA)

Queda menos de un mes para las elecciones presidenciales y el arranque de la campaña electoral en lugar de fortalezas solo revelan grietas en los dos frentes políticos más importantes de la provincia.

Lejos de mostrar unidad, tanto la alianza Encuentro por Corrientes como el Partido Justicialista transitan crisis internas por disputas de poder entre sus dirigentes. En ambos casos los responsables de la situación son fácilmente identificables y, lejos de generar empatía en la sociedad, causa rechazo.

Este hecho, juega en contra a los dos presidenciables con más chances de obtener más votos: Alberto Fernández y Mauricio Macri.

El partido gobernante en la provincia es la Unión Cívica Radical. Integra un frente electoral con otros 23 institutos legales que se hacen llamar "partidos", aun cuando son solo sellos de goma, entre ellos el PRO. Las disputas en este grupo nacen de un desencuentro entre el presidente de la UCR, Ricardo Colombi y el actual gobernador, Gustavo Valdés.

El primero solo cuenta con la lealtad de algunos sectores del radicalismo que tienen cierto poder territorial, como algunos intendentes y concejales, pero también de legisladores. El otro, tiene la simpatía de todo dirigente que puede atrapar un billete, integrar alguna lista o llegar a un puesto estatal.

Valiéndose de su cargo y el manejo de los bienes del Estado, Valdés tuvo la osadía de arrancar la campaña electoral -con recursos públicos- e instalar su propia imagen como conductor de la alianza gobernante.

La audacia lo lleva a maniobrar una espada de doble filo. De revertir la vergonzosa derrota en las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, se erigirá como una especie de líder indiscutible. Pero, de repetir los resultados de agosto, profundizará la crisis interna y perderá protagonismo.

Para Valdés la campaña empezó en septiembre. Utilizando los recursos públicos, inauguraciones y anuncios de obras, encabezando actos de campaña disfrazados de encuentros oficiales.

Recorrió algunas localidades donde, además de sortear comida entre las familias de la provincia más pobre del país -la que gobierna-, "aprieta" a los empleados públicos para que voten a Macri. Lo hace con la amenaza de que, de cambiar el gobierno, no habrá ingresos económicos para Corrientes.

Confía en su estrategia y asegura que “viendo las fuerzas políticas que hoy estamos aquí de Juntos por el Cambio, no me dejan lugar a dudas que el 27 de octubre vamos a tener un resultado absolutamente distinto al que tuvimos el 11 de agosto”.

Desde el ostracismo, su (ex) jefe político lo critica. Rodeado de causas penales federales quiere retomar el protagonismo político acaso, para garantizarse fueros en el futuro. Y en esas condiciones, ¿intenta generar una especie de golpe institucional en el partido que preside para dinamitar el protagonismo que ganó Valdés?

Atacó entonces a la alianza partidaria que él mismo creó. Dijo que "deja mucho que desear la actitud de dirigentes o presidentes de pseudo partidos, ya que algunos son sellos de goma”. Se refirió así a quienes él había convocado para fundar la alianza gobernante, dirigentes que a la postre lo traicionaron.

Por el lado del Partido Justicialista, la campaña empezó con austeridad. Confiados en que se repetirá el resultado electoral de las Primarias, donde los peronistas triunfaron en toda la provincia, la estrategia electoral tiene como protagonistas a los intendentes.

Esto, a su vez, pone al descubierto también una grieta interna causada por un solo responsable: Carlos Mauricio Espínola. El ex intendente capitalino, actual senador nacional llegó a la política "a dedo" al ser impuesta su candidatura por Cristina Fernández.

Luego el ex olimpista "se cortó solo", hizo negocios millonarios con Ricardo Colombi por su voto para designar a un juez corrupto en Paso de los Libres, se alió con el macrismo, colaboró con la estrategia política de Juan Manuel Urtubey y ninguneó al PJ nacional. Desoyó todo lo decidido puertas adentro del partido peronista y votó todas las leyes que solicitó Macri.

Pero ahora, se quiere mostrar como un kirchnerista "de paladar negro" y relativiza la traición. Esto genera rispideces. Quienes lo acompañaron durante sus primeros años ahora lo aborrecen y saben que el ex deportista carece de peso propio o, lo que es lo mismo, es un muerto político con fueros.

Desde lo institucional, el diputado nacional Jorge Antonio Romero puso más fuera que dentro del PJ a “Camau”: "Desde que dejó de ser candidato a gobernador por el partido no lo vi participar en la vida interna del partido. En la vida interna partidaria nunca ha participado”, sostuvo.

Además, relativizó los dichos del ex intendente capitalino quien insiste en seguir vinculado al peronismo: “Si él nunca se fue del PJ, en buena hora, las puertas siempre están abiertas para todos; ahora él sabrá, si se queda o se va, es problema netamente de él”, dijo Romero.

Pero seguidamente lo ubicó claramente fuera del armado político porque “en su momento no es que lo vimos, porque él se manifestó, se reunió con Miguel Ángel Pichetto, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, el ex gobernador Ricardo Colombi, el presidente del PRO, Humberto Schiavoni, y todas las votaciones las ha hecho en favor del gobierno de Mauricio Macri, así es que en algún momento estuvo afuera, ahora si quiere volver al peronismo, con mucho gusto”, remarcó.

En este escenario, los peronistas aguardan la llegada de Alberto Fernández, candidato a presidente por el Frente de Todos. Lo hará el 4 de octubre y en esa oportunidad se reunirá con los referentes de la economía y las organizaciones sociales.

Además, está programado un acto en el sindicato de Luz y Fuerza donde se prevé que el candidato dialogue con los militantes. Mientras se prepara este encuentro, en Paso de los Libres, Martín Ascúa dio el puntapié inicial de la campaña electoral, en un club con la presencia de referentes locales y del interior.

“El 11 de agosto hemos arrasado en Paso de los Libres, en la provincia de Corrientes y en la República Argentina porque el pueblo confía en nosotros y no quiere más que el Gobierno nacional siga en manos de un grupo económico que generó pobreza, desigualdad, exclusión y mentiras como es el gobierno de Mauricio Macri”, dijo el jefe comunal en esa oportunidad.

Y agregó que Cambiemos “es un gobierno neoliberal, un gobierno de pocos, y por suerte tenemos que jugar la gran final el 27 de octubre para que el peronismo vuelva a gobernar el país con Alberto y Cristina”. Así, el PJ arrancó las acciones proselitistas y, pese a sus problemas internos, se fortalece en la provincia.

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