En esas circunstancias, los efectivos de la Prefectura Naval Argentina de desarrollaban una investigación desde hacía varias semanas siguieron M.A.U., un oficial que trabajaba en el área de toxicomanía de la Brigada de Investigaciones de la Policía que funciona en las instalaciones de la Comisaría Segunda.

El efectivo es oriundo de la localidad de Bella Vista, por lo que se alojaba en una cabaña ubicada en cercanías del acceso Norte de la ciudad.

El equipo de la fuerza de seguridad federal solicitó una orden judicial para realizar un allanamiento en ese lugar, pero cuando ingresaron al inmueble el sospechoso arrojó la droga al desagüe de una pileta, pero estuvo imposibilitado de deshacerse de la bolsa que contenía el estupefaciente, que fue incautada como prueba.

En la requisa del lugar hallaron una importante suma de dinero que, se sospecha, podría tener origen en el narcotráfico, además de un teléfono celular y paquetes con clorohidrato de cocaína.

El procedimiento fue resultado de las averiguaciones llevadas adelante en el marco de una causa judicial en la que interviene el juez provincial de Instrucción, Gustavo Vallejos en base a datos referidos a la venta de drogas a jóvenes de la ciudad.

Extraoficialmente trascendió que el efectivo policial detenido podría ser parte de una red de miembros de la fuerza que se valían de menores de edad y jóvenes para la comercialización de drogas. Sospechan que los “soldaditos” que desarrollaban la distribución de drogas participaban en la actividad ilícita porque eran amenazados con ser detenidos por causas “armadas”.

La investigación judicial continúa. Advierten que podrían ordenarse más diligencias en el contexto de la causa.