Panorama Político Correntino
Desocupación en la provincia más pobre

Preocupación por el cierre de fábricas a raíz de la crisis

Mauricio Macri y Gustavo Valdés están en campaña. A espaldas de la gente, en una de las provincias más pobres del país, minimizan el cierre de fábricas. (Dibujo: NOVA).

Otra empresa privada está en riesgo de cerrar. Ocurre mientras el Gobierno provincial inaugura fábricas que, en realidad, no funcionan, están inactivas pero para las que se montó una infraestructura edilicia en medio de promesas de trabajo.

En la provincia más pobre del país, una fábrica que comenzó a funcionar en 1900 frena su actividad. Se trata de la firma Massalín Particulares, radicada en Goya, al sur de la provincia.

En cien años, la empresa se convirtió en el principal pilar económico de la ciudad. Pero esta semana los empleados fueron anoticiados de que, por la baja en el consumo, los altos costos y la falta de apoyo económico del Estado, debía trasladar sus máquinas a la provincia de Buenos Aires.

En Goya se producen dos marcas importantes de cigarrillos, pero ahora la maquinaria sería llevada a Merlo, por lo que existe riesgo de cierre de la planta fabril correntina.

En total son 270 los empleados que trabajan en Goya, pero sólo 30 de ellos podrían ser trasladados a Buenos Aires, lo que conlleva un desarraigo.

La situación genera preocupación en los trabajadores porque de continuar así, la fábrica podría cerrar.

La planta se emplaza en Goya, gobernada por el dirigente de Cambiemos, Ignacio Osella, quien relativizó esta situación que pone al descubierto que la crisis generada por el Gobierno nacional -con apoyo de los funcionarios correntinos- está demoliendo la industria correntina y generando desocupación, justo en una de las provincias más pobres el país.

Es por ello que desde el gobierno tratan de ocultar este caso y aseguran que “los que se quedan en Goya seguirán trabajando”, aunque no garantizan su permanencia.

Este 10 de octubre se llevaron adelante reuniones entre los trabajadores y funcionarios municipales. Mientras que el 11, serán con los representantes del gobierno que ya habían dicho, ante situaciones similares, que se trata de “un problema privado”.

Pero no es la única fábrica histórica en crisis. En Monte Caseros, en septiembre, una fábrica que llegó a brindar acceso laboral a medio centenar de obreros cerró, como consecuencia de la política económica del Gobierno nacional, profundizada por el Estado correntino.

La empresa industrializaba cítricos y fabricaba jugos concentrados, al tiempo que elaboraba bases para la fabricación de gaseosas.

En Esquina, 40 empleados de una empresa textil fueron despedidos mientras que otros 60 aún negocian una indemnización para presentar sus renuncias como consecuencia de la suba en los costos de producción y el cierre de mercados.

En Corrientes, unos 750 obreros de otra fábrica textil están atentos a un juicio por la quiebra que involucra a otra fábrica que tiene 70 años y que podría cerrar.

Así las cosas, el Gobierno provincial anuncia habilitación de fábricas e inaugura edificios, pero ninguno de éstos funciona.

La crisis se profundiza. Crecen el desempleo y la pobreza, pero el Gobierno se empeña en generar un discurso basado en hechos aparentes, promesas y actos de dudosa credibilidad.

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