El presidente Mauricio Macri, que visitó la provincia más veces que todos sus pares desde la vuelta de la Democracia, lo dejó bien en claro y se lo recuerda cada vez que puede a Colombi: Corrientes es el Cambio. Y por eso no hay que permitir que nada cambie.

El triunfo en la Capital con la victoria de Eduardo Tassano sobre Fabián Ríos se constituyó en la oportunidad para subsanar viejas heridas y fortalecer la Alianza para dar batalla en octubre y, de esta manera, llevar tranquilidad a Casa Rosada.

No obstante, algunos “olvidos” traerían inconvenientes más adelante, que podrían ser disimulados de algún modo con otras postergaciones: “La preferida” de Mauricio, Ingrid Jetter, no fue incluida en la nómina, no “pincha ni corta” en la estrategia que pensó Colombi para Corrientes. No está, no tiene voz, no hay lugar en la prensa para ella, para sus ideas sobre el tan postergado “Segundo Puente”.

Desafortunadamente, hablar de segundo puente, mientras media provincia queda aislada por el derrumbe de los que ya estaban y el pésimo estado de las rutas provinciales, resulta, cuanto menos, ofensivo. Y sostener el capricho de sumar a Jetter a la mesa chica de Cambiemos en Corrientes, casi una nota de suicidio (político).

La rubia de Riachuelo debió abandonar toda ilusión de ocupar un lugar “salible” en la lista. Y habría que ver con qué podría sustituir en sus discursos las promesas relacionadas al Plan Belgrano. ¿Volverá a hablar de autismo en el gobierno? Muy entretenido.

En su lugar, Carlos “El Mono” Vignolo, recientemente puesto al frente del Plan Belgrano Nacional, deberá tratar de poner paños fríos sobre una situación que podría poner en riesgo todo el aparato y que, sin embargo, hasta que la información sobre la primera víctima fatal no llegó a la prensa nacional, habría pasado desapercibido: el estado deplorable de los caminos y puentes de Corrientes.

Los tiempos apremian. La gente pide explicaciones. La presencia de alguien en el lugar de la tragedia. Algún referente del “mejor equipo de los últimos 50 años” que se haga presente en alguna de las localidades de la costa paranaense para explicar a la población cómo subsistir sin alimentos, combustible, insumos más caros. Cómo atravesar atado a una camilla improvisada en lancha hasta un hospital. Cómo esperar soluciones que podrían tardar hasta dos años.

Por otra parte, Carlos Vignolo, quien ya había sido elegido para estar al frente de la organización de la campaña de Eco-Cambiemos, podría haber sido uno de los candidatos con más chances de suceder a Colombi en la disputa por la gobernación, por lo que la decisión de impulsar la candidatura de Valdés no cayó muy en gracia al principio.

El Elegido

Gustavo Valdés, recientemente anunciado como el candidato a suceder a Ricardo en el sillón de Pujol y Ferré, es la ficha elegida por el gobernador para cumplir con los mandatos del representante nacional de Cambiemos y, además, una herramienta que le permitiría conservar su estructura e incluso seguir al mando, evitando someterse a la voluntad popular.

Algunos referentes de primera línea de la Alianza encontraron en Valdés una alternativa “fácil” para llevar adelante semejante empresa, aunque son conscientes que deberán poner real esmero para consolidar y posicionar una figura que, a la hora de convencer al electorado, esté a la altura de las circunstancias y poder dar batalla al candidato peronista Carlos “Camau” Espínola, quien ha logrado multiplicar cifras en las encuestas durante los últimos meses.

“Gustavo Valdés es el mal menor para el sistema de ECO+Cambiemos: un general sin tropa que necesita de todos. Es joven y por lo tanto tiene trato con la juventud, pero a su vez es el único de los candidatos que no tiene jinetas suficientes para pasar a retiro a los gerontes del espacio, empezando por Ricardo Colombi y siguiendo por el presidente del partido, Sergio Flinta”, explicaron referentes colombistas.

No tiene militancia territorial, tampoco estructura partidaria, no cuenta con el apoyo incondicional de nadie más que el propio gobernador. No se acerca ni un poco a la figura carismática del arquetipo de líder del nuevo siglo. No es joven. No es viejo.

Consultados al respecto, los “técnicos” de la Alianza lo defienden. Tratan, de algún modo, comprender la elección del gobernador para sucederlo: “Al no tener un andamiaje territorial de la magnitud que el resto de los candidatos, Colombi le prestará el suyo, asegurándose así que ninguno de los patos salga de la fila. De hecho: enseñados por Ricardo, todos aprendieron a nadar en círculos y, por lo que se ve, no hay ningún patito que vaya a nadar en línea recta con rumbo hacia el infinito”. Vaya forma de defender a quien -se supone- los representa.