Más allá del modelaje, encuentra en el entrenamiento físico una fuente de bienestar. “Me encanta el gimnasio, es lo mejor de la vida, mejora el cuerpo, la mente y el alma”, cuenta. Además, disfruta de salir con amigas y viajar.

Su formación como modelo la está desarrollando en una agencia donde encontró el impulso definitivo. “El clic fue decidir no postergar más este sueño que tenía desde niña. Me estoy capacitando con mi profe Judith Benítez, quien potencia mi desarrollo día a día”, señala.

Con varias propuestas laborales en análisis y enfocada en su emprendimiento personal, Marcela se prepara con entusiasmo para uno de sus grandes objetivos: convertirse en la octava Reina Nacional de la Revolución Argentina, certamen del que es candidata. También sueña con ser una modelo reconocida y trabajar con diseñadores nacionales.

La familia ocupa un lugar fundamental en su recorrido. “Si yo soy feliz, ellos lo son conmigo. Cada logro es de ellos también. Triunfamos en conjunto, son mis fans”, expresa emocionada.

A quienes están dando sus primeros pasos en el modelaje, les deja un mensaje claro: “Nunca abandonen sus sueños. Solo tienen una vida para vivir y ser felices. Persistan, resistan y nunca desistan. Los sueños están para cumplirse”.