Patricia Pelichero perdió trágicamente a su hijo y transformó su dolor en amor: ayuda a víctimas del delito
La Fundación Miguelito Rosbaco nació desde el dolor, tras la trágica muerte del hijo de Patricia Pelichero en Monte Caseros. Una madrugada de noviembre de 2019, Miguelito Rosbaco fue asesinado cobardemente en la localidad correntina. Desde entonces, luchan desde el dolor con el objetivo de ayudar, acompañar y asesorar a familias que lamentablemente atraviesan o atravesaron por situaciones similares.
El principal objetivo de la Fundación es brindar contención y ayuda a las víctimas de hechos violentos y sus familias. En la actualidad, cuentan con una psicóloga que brinda asistencia profesional a jóvenes y adolescentes, así como también con un abogado que se encarga de los asesoramientos jurídicos gratuitos a estas familias vulnerables. Incluso, en muchos casos –por solicitud de las familias–, la Fundación es querellante en causas judiciales.
“La Fundación Miguelito Rosbaco nació desde el dolor, con el fallecimiento de nuestro hijo. Al estar solos buscando justicia y sin la contención por parte del Estado, y ver que había familias de víctimas que estaban sin ayuda ni contención de nada, me prometí que, hasta que me den las fuerzas, mi último respiro, siempre dejar mi corazón como huella en nombre de todo ese amor que es Miguelito. Y poder ayudar a que otras familias no pasen por lo que nosotros pasamos con la pérdida de nuestro hijo”, expresó la presidenta de la Fundación, Patricia Pelichero, en diálogo exclusivo con Perfiles Urbanos de NOVA.
“La Justicia nunca puede resarcir el daño que causan los asesinos. Porque ¿cuánto vale una vida para la justicia? 12 años, 20 años, 25 años, pero el daño que causan es para siempre. Al asesino de mi hijo le faltaban meses para cumplir la mayoría de edad. En muchos casos, la justicia pone años y los asesinos, una vez cumplida esa condena, salen a la sociedad. No creo que muchos de ellos cambien, porque el asesino es asesino. En todos los casos que acompañamos como fundación, los asesinos nunca se arrepienten, nunca piden perdón. Lo que quiero decir con esto es que las familias y las víctimas estamos condenadas a cadena perpetua”, sentenció Patricia entre lágrimas, abrazada por tanto dolor y por la herida latente de la trágica pérdida de su hijo Miguelito.
Prevención del delito y consumos problemáticos
Patricia contó que “desde 2020, con la Fundación también acompañamos el deporte y realizamos charlas sobre prevención de la violencia de todo tipo en todo el departamento de Monte Caseros y en el interior de la provincia”.
Asimismo, mencionó que “nuestra labor desde que comenzamos también se centra en la prevención de conductas y consumos problemáticos en jóvenes y adolescentes, sobre salud mental y sobre seguridad vial”.
En esta línea, comentó que “este año, desde mayo, venimos llevando un plan de acción que finaliza en noviembre, sobre la prevención del suicidio, por la cantidad de casos registrados en Monte Caseros. Trabajamos con las escuelas sobre las emociones, brindando charlas, jornadas y contención psicológica para aquellos adolescentes que nos piden ayuda. La psicóloga también atiende a adolescentes y niños, no solo por enfermedades de salud mental, sino brindando contención ante diferentes situaciones que pueden ser desencadenantes del suicidio”.
La Fundación Miguelito también cuenta con un taller de cerámica abierto a la comunidad. La idea es que, a través del arte, se puedan canalizar las emociones, a instancias de los talleres con acompañamiento en salud mental.
“Desde hace tres años venimos realizando, cada año con un lema diferente, la muestra de artistas plásticos de la región. Este año tenemos 48 artistas, no solo de ciudades correntinas, sino de provincias vecinas que nos acompañan y apoyan este encuentro. Estamos felices de brindar este espacio, porque como dije, a través del arte se pueden canalizar las emociones y así se expresan muchas cosas bonitas. A la muestra vienen los chicos de las escuelas de la localidad, y para mí ver a un niño contemplar una obra de arte y que, cuando se vaya, nos regale una sonrisa, es mi mejor regalo, porque en cada sonrisa que me regalan los niños y adolescentes me imagino la sonrisa de mi hijo”, expresó emocionada la presidenta de la Fundación, ubicada en Monte Caseros, en calle Vicente Mendieta 1275.
Un lema y una bandera por Miguelito
La Fundación tiene un lema: “Transformando el dolor en amor y todo el amor en acciones”, y una bandera con un logo “que es la mano de Miguelito, ensangrentada en la remera de su amigo que lo auxilió. Los colores son la diversidad y el corazón, sin dudas, es amor, es todo el amor que recibimos en tantos amigos y jóvenes que nos abrazaron y contuvieron”, describió Patricia, quien además de Miguelito tiene dos hijos más: Anabela, abogada que vive en Capital Federal, y Ramiro, estudiante de Agronomía.
“Hoy todo nuestro dolor se expresa en una mano abierta de corazón, un sentir bien fuerte que manifiesta un deseo: que no vuelva a pasar. Y siempre el pedido de justicia, justicia por las víctimas, sus familias y por las personas que necesitamos y merecemos vivir en paz, sin asesinos que arrebaten la vida”, pidió la mamá de Miguelito Rosbaco, asesinado brutalmente en Monte Caseros en 2019.
“Al año que mataron a mi hijo, asesinaron a otro joven en la costanera de Monte Caseros y contactamos a los padres, porque sabemos lo que es estar en ese lugar. No solo para contenerlos y abrazarlos, sino también para buscar justicia. En 2021 nos constituimos legalmente como fundación y, después de esos casos, tuvimos cinco casos más de asesinatos de jóvenes en el departamento de Monte Caseros, y en todos ellos hemos acompañado como fundación”, manifestó Patricia.
Aclaró que la Fundación no recibe ayuda del Estado para solventar los gastos y los proyectos que se elaboran allí, pero sí recibe apoyo de “colaboradores y personas que valoran nuestra labor y están identificadas con la causa”, dijo.
Una pérdida irreparable
Al preguntarle cómo logró superar o sobrellevar la pérdida de su hijo, Patricia se quebró y no pudo contener las lágrimas. Respondió:
“Estuve paralizada por el dolor mucho tiempo, sumergida en la profundidad de lo desconocido, donde solo mi existencia era dolor. Pero en ese lugar de dolor, el más profundo, el que jamás imaginaba y que no se puede expresar con palabras de tanto que duele... creo que el amor nos salvó: el amor de tantos jóvenes, de los amigos de mi hijo y de nuestros amigos. Sobre todo, de la familia, de mi esposo y de mis hijos. El dolor nos había consumido por completo, no quedaba nada de nosotros. Pero esos chicos, los amigos de mi hijo, que se instalaron en mi casa, nos regalaban tanto amor, y nosotros supimos sentirlo. Ese amor nos abrazó. Y creo que por amor estamos acá. Porque una vez nos preguntamos con mi marido qué hacíamos con el amor de Miguelito y con ese amor que teníamos como padres hacia él. Y construimos esta Fundación con todo ese amor. Porque tratamos de que a otras personas no les pase lo que nos pasó a nosotros. Y si con todas las jornadas y charlas que realizamos conquistamos un corazón, ya cumplimos la meta”.
Para finalizar, Patricia resaltó: "La justicia le brinda un abrogado a los delincuentes por parte del estado. Pero a las víctimas no. ¿Las víctimas deben pagar un abogado y si no tienen dienero como hacen? Ahí es donde no hay equidad", reflexionó.
Los que quieran contactarse con la Fundación pueden hacerlo a través de las redes sociales, Facebook y/o Instagram Fundación Miguelito Rosbaco, o al correo fundacionmiguelitorosbaco@gmail.com, y a los teléfonos 3775-494205 y 3775-478565.
Patricia Pelichero mencionó que “no solo estamos en Monte Caseros, ya que acompañamos también a familias de otras ciudades de la provincia que nos han solicitado, no solo brindando contención a las víctimas, sino realizando charlas y jornadas en diferentes lugares de la provincia de Corrientes”.








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