La sustracción de Loan, un hijo argentino, está a punto de cumplir un mes sin resolverse, sin novedades. Este caso resalta un problema persistente y alarmante en Corrientes, una provincia tristemente famosa por ser donde más desaparecen niños en Argentina. La incapacidad de las autoridades locales y nacionales para ofrecer respuestas y soluciones efectivas ha dejado a la comunidad en un estado de desesperación y desconfianza.

El gobernador Gustavo Valdés y el Ministerio de Seguridad, bajo la dirección de Patricia Bullrich, han fracasado en proporcionar pistas concretas o avances significativos en la búsqueda de Loan. Este caso no solo representa un fracaso institucional, sino que también plantea preguntas inquietantes sobre posibles encubrimientos y complicidades dentro de todo el régimen político.

Las redes de trata de personas en Argentina, denunciadas en su momento por la actriz y modelo Natacha Jaitt, siguen siendo un problema que a pocos les interesa. Jaitt, quien llevó consigo muchos secretos a la tumba, subrayó la implicación de figuras políticas en este oscuro negocio. La falta de transparencia y los continuos fracasos en resolver casos como el de Loan sugieren que estos temas están profundamente enraizado y posiblemente protegido por aquellos en el poder.

La desaparición de Loan y la ineficacia en su resolución destacan una crisis más amplia en Corrientes y en Argentina. Es crucial reconocer la magnitud del problema y la necesidad urgente de un cambio estructural en la forma en que se abordan estos casos, tanto por la justicia, por la política y por nuestra comunidad.

La lucha contra las redes de trata de personas no solo requiere una acción decidida por parte de las autoridades, sino también un compromiso colectivo por parte de la comunidad nacional. Debemos presionar para que se esclarezcan estos casos y se pongan en marcha políticas efectivas que garanticen la seguridad y el bienestar de todos nosotros.

Solo así podremos avanzar hacia una Argentina más segura, justa y solidaria, donde los derechos de cada niño, de cada mujer, sean protegidos y respetados.