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El calor y la crisis hídrica afectan la producción agropecuaria de Corrientes

Los Grupos de Trabajo del INTA Centro Regional Corrientes elaboraron en el mes de diciembre informes de la situación que padecen algunas de las principales cadenas productivas.
Así quedó el mapa de anomalías a fines de 2022.
A pesar de la magnitud extraordinaria del evento climático, la superficie de plantaciones de pinos afectada alcanzó las 10.543 hectáreas.

Las condiciones climáticas imperantes afectan a los sistemas productivos de la provincia de Corrientes. La escasez de lluvia, trae aparejado una crisis hídrica histórica para la provincia y la región. Continúa el estado de alerta y de emergencia agropecuaria en todo el territorio provincial.

Por este motivo, los Grupos de Trabajo del INTA Centro Regional Corrientes elaboraron en el mes de diciembre informes de la situación que padecen algunas de las principales cadenas productivas.

El evento extraordinario de sequía que abarcó el noreste de Argentina pero que se focalizó en la provincia de Corrientes, tuvo un impacto negativo importante sobre las plantaciones forestales que generaron preocupación en productores y autoridades provinciales.

Por eso solicitaron a las instituciones de investigaciones técnicas, vinculadas a éste ámbito productivo, un estudio detallado que permitiera identificar las causas, determinar el alcance y cuantificar pérdidas por este fenómeno.

A pesar de la magnitud extraordinaria del evento climático, la superficie de plantaciones de pinos afectada alcanzó las 10.543 hectáreas y se pudo constatar que en su mayor parte fueron plantaciones en sitios de menor aptitud para el cultivo.

Estos conocimientos son fundamentales para que empresas y productores replanteen sus plantaciones adaptando las mismas ante la alta probabilidad de nuevos eventos similares.

La provincia de Corrientes está atravesando, actualmente, un período de sequía muy prolongado, de casi 3 años, que por su magnitud y duración y debido a que durante el verano 2021/22 se asoció con una intensa ola de calor, se transformó en un evento extraordinario que afectó a todos los ecosistemas de la región.

Así, este evento causó no sólo la desecación de una enorme superficie que afectó la flora y fauna natural, siendo principal factor causante de incendios rurales, sino que también se observó un impacto sobre casi todas las actividades agropecuarias, afectando varios cultivos, tanto anuales como perennes, inclusive a las plantaciones forestales.

Desde el mes de enero de 2022 se observó una disminución importante en las precipitaciones con respecto a la media histórica registrada en las tres EEAs del INTA del Centro Regional Corrientes.

En las EEAs Bella Vista, Corrientes y Mercedes, faltando un mes para terminar el año llovió el 60 por ciento de la media histórica anual, provocando un déficit de 450 milímetros para la provincia.

En cuanto a las fuentes de agua superficial, en condiciones normales la provincia de Corrientes tiene aproximadamente el 40 por ciento de su superficie ocupada por espejos de agua, las que oscilan entre el 60 y el 14 por ciento según sea la condición de extrema inundación o sequía.

Para el mes de julio de 2022, la superficie de espejo de agua presente, en la provincia, fue del 16 por ciento y en noviembre de 2022 del 17. Este efecto tuvo un mayor impacto en el norte de la provincia que en el sur.

El porcentaje de reducción de superficie de espejo de agua en, San Luis del Palmar fue del 76 por ciento, seguido de Empedrado con el 61 y General Paz con 56. Mientras que

los de menor reducción fueron, Monte Caseros con el 10 por ciento y Sauce del 7, de acuerdo con el Monitoreo de superficies cubiertas con agua en Corrientes (Kurtz et. Al. 2022).

Esto repercute directamente sobre la disponibilidad de aguadas para la hacienda, observándose problemas de cantidad y calidad de agua, algunos ríos internos cortados o secos y retracción de los bañados y esteros.

La producción de forraje del campo natural se dedujo aproximadamente un 60 y un 80 por ciento para los meses de enero a marzo. Si consideramos que durante estos meses se produce el 40 por ciento del total de forraje del año, esto evidencia que habrá menos alimento para los animales.

A esto se debe sumar el aumento de la proporción de suelo desnudo, disminución en la proporción y muerte de gramíneas, lo cual conlleva al aumento de especies de hoja ancha no apetecibles por el ganado (miomio, renovales, cardos, bromelias, tutía, entre otros). Todas estas condiciones nos llevan a concluir que, una vez iniciada las lluvias, la recuperación de los pastizales naturales va a ser lenta.

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