El hecho ocurrió el jueves 22 de marzo a mediodía cuando los efectivos detuvieron la marcha de un transporte de carga procedente de la localidad salteña de Coronel Cornejo con destino a la ciudad de Bella Vista, provincia de Corrientes.

Lo que llamó la atención de los inspectores es que los granos que transportaba estaban en estado de putrefacción, pero además que el camión tenía como destino un poblado que carece de industrias relacionadas con la elaboración de productos derivados de la soja.

Ante la requisitoria de los documentos de habilitación para circular con la carga, el chofer había respondido que carecía de remitos y evitó especificar el lugar en el que cargó la mercadería que llevaba, aseguró que eran granos “para descarte” que llevaba a una quinta de Bella Vista, Corrientes.

Durante esta entrevista los gendarmes observaron cierto nerviosismo en el conductor, por lo que intensificaron la requisa del chasis y el acoplado del rodado.

En esa búsqueda hallaron 10 bolsas de arpilleras ocultas entre la carga y cuando procedieron a abrir esos bultos ante testigos, detectando en su interior 208 paquetes con una sustancia polvorienta blanca, la cual sometida a prueba de campo, arrojó positivo para cocaína.

Este cargamento fue encontrado en una vía de tránsito que pasa por la ciudad de Salvador Mazza, en la frontera con Bolivia, uno de los puntos narcos más calientes del país, pero también un área en el que constantemente pasan camiones cargados con granos porque es una zona productora de soja.

Es por ello que las organizaciones narco suelen comprar cargas completas de este producto primario con el fin de ocultar estupefacientes.

En este caso, tras el hallazgo se inició una investigación que es orientada desde el juzgado federal de Tartagal.