Mientras me estaba por ir a dormir plácidamente, mi celular sonó y algunas imágenes comenzaron a llegar en mi WhatsApp, se trataba de una clara evidencia sobre el dudoso accionar de algunos funcionarios municipales correntinos. Estos mismos harían uso (y hasta podría decirse que abuso) de aquellos bienes públicos que son “bancados” por todos los ciudadanos capitalinos.

Sin poder creerlo, decidí llegado el fin de semana que me centraría en despejar la cabeza un poco, y así iniciar desde cero otra. Realicé una escapada exprés hacia Itati, en donde finalmente tuve que realizar mayores labores porque me crucé a un tal Gustavo Romero. ¿Quién es? ¡Si! El hermano del jefe comunal Francisco Romero.

Este mismo se encontraba manejando el vehículo del Centro Integrador Comunitario (CIC) de la Municipalidad para uso personal. Mientras la Renault Kangoo, de dominio AD 667 XB, se encontraba estacionado impunemente fuera de un lujoso restaurante en pleno domingo al mediodía, Gustavo se situaba dentro disfrutando entre risas y alcohol con amigos. ¡Nada de gestionar tareas importantes acerca de Capital o como mejorar la vida del vecino!

- ¿De dónde venís no es normal que un funcionario municipal use como propio los bienes estatales? – Me esbozó un mozo que estaba fumando un cigarrillo en la entrada de aquel restaurante en Itati.

- ¿Tan normal es? – Intenté hacerme el sorprendido para poder sacar mayor información, como lo sagaz que me representa.

- Juntos por el Cambio es un fastidio. No se puede creer como roban. Dijeron que eran diferentes al resto, pero terminaron siendo kirchneristas de buenos modales.

Desde que la gestión asumió en diciembre del 2021, las cosas no cambiaron para nada, han sido peores. Pareciera normal y hasta obligadamente aceptado el hecho de que los coches municipales sean herramienta mano de los funcionarios para salir a pasear los fines de semana. Entre los baches que hay en pavimentos (detalle menor entre tantas calles de tierra), la suciedad en las plazas y hasta el nivel alto de desempleo que acecha a la localidad.

Está mala práctica por parte de los funcionarios municipales viene sucediendo desde hace años, incluso desde gestiones anteriores, sin que sea criticada con tanta alevosía, como lo es en tiempo actuales. Sin embargo, sí se podría decir que sin dudas no es ético ante los ojos del pueblo. Tanto como las fotos que me llegaron al WhatsApp sobre la misma costumbre de los funcionarios de Corrientes capital.

Se sube al trucho.

Me pide que la lleve a pasear.

Tengo la nota, la noche, lista para usar.