Un arzobispo sencillo y afable que deja huellas indelebles en la comunidad correntina





Monseñor Andrés Stanovnik dedicó 17 años de su camino religioso a acompañar la vida eclesiástica de la comunidad correntina. Asumió como arzobispo de Corrientes el pasado 16 de diciembre de 2007, un día después de cumplir sus 58 años.
Ahora en medio de la sucesión apostólica, ya que hoy domingo 15 diciembre cumple 75 años, se viven momentos de profunda emoción. A días de entregar el ministerio episcopal a monseñor José Adolfo Larregain, monseñor Andrés realiza sus últimas celebraciones religiosas. Tal es el caso de la misa central del pasado 8 de diciembre, en la basílica Nuestra Señora de Itati, en el emblemático templo que alberga a la virgen morena, en donde fue su última misa como arzobispo de Corrientes.
Ese día se vivió un momento muy emotivo. En un homenaje al finalizar el oficio religioso el rector de la Basílica de Itatí, padre Ramírez, le obsequió un Rosario que contenía un trocito del manto de la Virgen, símbolo de nuestra oración a la Virgen para que siempre lo cuide y proteja bajo su manto, a modo de homenaje y despedida del ministerio apostólico, de monseñor Andrés.
Así como también, el intendente de Itati, Francisco Romero le entregó una imagen de la Virgen tallada en madera, realizada por el artesano Ramón González. Un momento de gran emoción para el arzobispo de Corrientes, quien, para finalizar la ceremonia religiosa, expresó su gratitud a todos. Sin olvidar que, en su homilía monseñor Andres, pidió al pueblo congregado en la Basílica, "a no olvidarse del niño Loan, que se lo siga buscando", insistió el arzobispo, sobre el menor desaparecido el pasado 13 de junio en el paraje Algarrobal, en la localidad de 9 de Julio.
Él es un prelado que se supo ganar el corazón de cada uno de los correntinos. Sobre todo, el de los jóvenes. Sucede que el querido monseñor Andrés peregrinó todos estos años junto a ellos hacia los pies de María de Itati, en el pueblo de la virgen, encabezando las multitudinarias peregrinaciones juveniles del Nea, que se realiza todos los años en el mes de septiembre. Él era uno más de los caminantes, con su gorra, su mochila y su botella de agua, subía a la ruta a acompañar a los caminantes de la virgen que arribaban desde las diez diócesis de la región. Nunca falto, ni la lluvia lo paró. No solo fue a Itati, también acompañaba las manifestaciones religiosas hacia el santuario de San Cayetano y a de Santa Ana, las que también sumaban centenares de peregrinos hacia estos puntos religiosos de Corrientes, movilizados por la fe mariana.
Monseñor Stanovnik escribió hace un par de años algunas anécdotas y reflexiones de su peregrinación con los jóvenes a Itatí y en parte del escrito contaba: “Empecé a peregrinar a Itatí con los jóvenes cuando llegué como obispo a la diócesis de Reconquista, y continué peregrinando con ellos luego cuando pasé a la arquidiócesis de Corrientes. Un par de veces no pude hacerlo por “gajes” de oficio: una vez porque acompañé al Nuncio Apostólico de visita en Corrientes, y quien luego presidió la Misa en Itatí; y la otra cuando tuve que ocuparme de la preparación de Aparecida. Fuera de esas ausencias, hacía todo lo posible para que otros compromisos pastorales no me impidieran caminar con los jóvenes a Itatí”.
“Muchas son las experiencias que viví como peregrino a Itatí. Recuerdo la vez que se acercó un joven universitario, que peregrinaba solo y era del Chaco. Caminamos juntos cerca de dos horas. Él no era creyente y así me lo manifestó de entrada. Pero le despertaba una gran curiosidad el hecho de que tantos jóvenes hicieran ese esfuerzo gigantesco, y miraba azorado a los que apenas podían caminar, ayudados por algún compañero o compañera, y aún le quedaban muchos kilómetros para llegar a Itatí. Y decía que también a él le gustaría descubrir esa fuerza interior que los creyentes llaman fe. Luego no nos volvimos a encontrar, pero estoy seguro que el corazón tierno de María de Itatí le habrá hecho sentir que ella está cerca, y que su Hijo Jesús lo espera en alguna de las vueltas de la vida y, quién sabe, si eso no le pasó aquella vez cuando llegó a los pies de su Madre”, relato Stanovnik.
Pero, como todo llega a su fin, ahora la feligresía católica correntina se está despidiendo de su prelado, en un tiempo especial de sucesión apostólica, la que vive hoy la arquidiócesis de la provincia de Corrientes. En este tiempo, la cesión de monseñor Andrés Stanovnik, da paso a la nueva etapa de liderazgo para monseñor José Adolfo Larregain en la Arquidiócesis de Corrientes, quien fue designado por el Papa Francisco el 27 de septiembre pasado. Larregain tomó posesión de su cargo como coadjutor el 27 de noviembre, y estará al frente de esta comunidad en un momento de renovada esperanza y fervor religioso.
Una vida dedicada al sacerdocio
Monseñor Andrés Stanovnik –arzobispo saliente de Corrientes- nació en Buenos Aires el 15 de diciembre de 1949, en una familia de inmigrantes eslovenos. Tras cumplir sus estudios primarios y secundarios, realizó los de Filosofía y Teología en la Universidad del Salvador en Buenos Aires, terminados los cuales hizo la Profesión Perpetua en la Orden Franciscana de los Hermanos Menores Capuchinos el 16 de julio de 1978. El 2 de setiembre de ese mismo año fue ordenado sacerdote en el santuario porteño de Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya, por monseñor Sixto José Parzinger, capuchino como él y Vicario Apostólico de Araucanía, con sede en Villarrica, Chile.
En la Orden Capuchina ocupó varios cargos importantes: fue Maestro de novicios, de postulantes y de postnovicios; Director nacional de JUFRA (Movimiento Juvenil Franciscano), un movimiento apostólico que nuclea a jóvenes que quieren vivir el ideal de San Francisco. En el año 1981 fue designado Definidor Provincial y luego Vicario y Ministro provincial.
Mientras cumplía con estas responsabilidades en el orden nacional, fue superior local y párroco de Nuestra Señora del Carmen en La Cumbre (Córdoba) y luego en Nuestra Señora de Pompeya, de Mar del Plata. En 1992 fue enviado a Roma para estudiar Teología Espiritual en el Pontificio Ateneo Antoniano.
El Capítulo General lo eligió Definidor General de la Orden Capuchina, y desde entonces residió en la Curia General en Roma. El 30 de octubre de 2001 el papa Juan Pablo II, en ese momento, lo nombró obispo de Reconquista, en la provincia de Santa Fe.
El 16 de diciembre de 2001, monseñor Stanovnik recibió la ordenación episcopal en la Catedral de la Inmaculada Concepción, de Reconquista, de manos del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, (hoy Papa Francisco).
El 20 de mayo de 2005, durante la XXX Asamblea ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) fue elegido secretario general de ese organismo eclesial; se desempeñó luego como secretario general de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y El Caribe en Aparecida; y al cabo de la misma fue elegido vicepresidente del CELAM.
Luego asumió como arzobispo de Corrientes el 16 de diciembre de 2007 donde continúa hasta el presente. En la Conferencia Episcopal Argentina fue presidente de la Comisión de Laicos y Familia, organismo en el que se desempeña actualmente como delegado episcopal para la Familia.
Sucesión apostólica
La sucesión apostólica es un principio fundamental en la Iglesia que asegura la continuidad del mensaje cristiano desde los apóstoles hasta los obispos actuales. Este proceso es guiado por el Espíritu Santo, quien ayuda a los obispos a comprender y vivir el mensaje de Cristo. La Iglesia enseña que los obispos son sucesores directos de los apóstoles y que escucharlos es escuchar a Cristo mismo. Este legado espiritual es esencial para mantener viva la fe en las comunidades.
Según el Código de Derecho Canónico, un obispo diocesano debe presentar su renuncia al cumplir 75 años. Monseñor Andrés Stanovnik, actual arzobispo, cumple esa edad justamente hoy 15 de diciembre, por lo que su renuncia será aceptada por el papa Francisco. Así, monseñor Larregain pasará a ser arzobispo titular metropolitano de Corrientes tras su designación oficial el 27 de septiembre. Su toma de posesión como coadjutor se realizó el 27 de noviembre, y ahora se prepara para guiar a los fieles en este momento significativo. Para ello, el próximo 27 de diciembre se realizará una ceremonia religiosa en el atrio de la iglesia catedral Nuestra Señora del Rosario, en la que participarán obispos de la región NEA y otras diócesis del país.
Cabe consignar que la Arquidiócesis de Corrientes tiene un papel central en la provincia eclesiástica. Es madre de varias diócesis sufragáneas como Goya y Posadas. El nuevo arzobispo utilizará el palio como símbolo de su jurisdicción y comunión con Roma.